lunes, 4 de julio de 2016

Si dominamos nuestra mente, vendrá la felicidad.

La mente no es un órgano de tu cuerpo, al igual que la presión de las arterias y los latidos del corazón, no es palpable, es intangible, pero sabes que existe y que está allí, dentro de ti. Así como la presión de las arterias se define como la velocidad a la que puede circular la sangre por las venas, la mente no es algo físico, sino el conjunto de actividades que nuestro cerebro, sus células más específicamente, puede realizar.
                                 
Cuando preguntas a las personas que entienden ellos por mente, las respuestas son de lo más variadas y contradictorias. Los religiosos asumen que la mente es Dios, los psicólogos se refieren a la mente como una parte psíquica del ser humano, la metafísica se refiere a ella como nuestra alma, y hay unos que hasta opinan que es el cerebro, completo, y nada más alejado de la realidad.

Durante todo el día, todos los días, nuestra mente se mantiene en constante trabajo, ocupada, decidiendo, planeando y juzgando, y se encuentra dividida en varias partes, siendo quizás las más interesantes la llamada mente consciente y el subconsciente. Una que es visible y sabemos como trabaja, la consciente, y otra oculta que trabaja aún si no la podemos percibir y ejerce una clara influencia en nosotros, el subconsciente.

La mente consciente, solo representa de un 5 a un 10% de la totalidad de la mente. Representa la parte lógica, pensante, racional y analítica, y es la encargada de programar y juzgar toda la información que percibe del exterior. Es la que se encarga de evaluar posibilidades y probabilidades, rechaza, acepta, razona, formar juicios, y finalmente, tomar una decisión.

El restante 90 a 95%, está representada por el subconsciente quien se encarga de guardar la información. Si comparamos nuestra mente con el funcionamiento de un computador, tendríamos  que la mente consciente representa los programas que se ejecutan, y el subconsciente  vendría siendo el disco duro donde se almacena toda la información. Aquí se almacenan nuestras actitudes, habilidades y nuestras funciones corporales. y es a donde recurre la mente consciente para ejercer sus funciones.

·         Sólo tú creas y construyes tu mente, y a través de ella, tu felicidad.

Del exterior recibes impresiones y estímulos a través de tus cinco sentidos, que se manifiestan en forma de imagen o pensamiento. De esta manera se crean nuevas conexiones en las nuevas células del cerebro y estas empiezan a trabajar en función a esa nueva idea.

A través de los años tu cerebro y tu mente se han venido creando y formado de acuerdo a las ideas y conceptos que tú has decidido asociar a ellos, con lo que has decidido identificarte, lo que haces, dices, piensas y como reaccionas a diferentes situaciones, es el resultado de lo que has puesto dentro de tu mente en el transcurso  de tu vida, de manera inconsciente o consciente.

Mediante el poder que posee tu mente, tú y solo tú, tienes la gran capacidad de rechazar y aceptar cualquier imagen e idea que llegue a ti del exterior, del ambiente que te rodea, y de vivir y repetir intensamente las emociones que quieres y deseas para tu vida, pues de esta manera se quedaran grabadas en tu subconsciente. Así, estarás logrando que estas ideas se conviertan en hábitos que harás de manera natural, y no serán fáciles de cambiar ni influenciables, y de esta manera crearás el rumbo que quieres para tu vida, el estilo de vida que deseas. Estarás creando tu felicidad y grabándola en la más profundo de tu mente, en donde nadie la podrá sabotear.


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